Praga es una de las capitales europeas más cautivadoras del viejo continente. Personalmente es una de las que más me gusta y que siempre recomiendo si me preguntan. El núcleo histórico permanece intacto a pesar de las guerras que la historia de Europa ha sufrido en el pasado y es una suerte poder pasear y ver la mejor panorámica desde el Puente San Carlos. Está llena de calles estrechas y empedradas, puentes, edificios de vivos colores, mezcla de estilos arquitectónicos (románicos, góticos, renacentistas, barrocos, art nouvou..) cúpulas de iglesias, palacetes… una gozada !!
A un lado del río Moldava aparecen los barrios de Hradcany alrededor del castillo de Praga y el bohemio y pintoresco Malá Strana con palacios, jardines y la iglesia de San Nicolás. Al otra lado de la orilla se encuentra Nove Mésto o barrio nuevo: con la plaza Wenceslao y el Teatro Nacional; y Staré Mesto o barrio antiguo: con la plaza antigua, el reloj astronómico, la Torre del Puente y el barrio judío de Josefov. Quince puentes unen las dos riberas del río.
La mejor manera de desplazarse es el metro y el tranvia. A mi personalmente me gusta más el tranvia porque te lleva a todas partes y mientras estás sentada puedes aprovechar y seguir viendo la ciudad.
Franz Kafka es el hijo honorífico de la ciudad y verás referencias de él y su “metamorfosis” en camisetas, puntos de libro, monumentos, estatuas y cartas de menu.
RECOMENDACIONES
Ten siempre el billete de metro localizable una vez estés en la estación. En cualquier momento puede aparecer un revisor de detrás de una columna exigiendote el billete con cara seria y de pocos amigos.- Oirás muchos comentarios sobre los checos, mejor dicho, sobre los habitantes de Praga. Antes de hacer ningún tipo de juicio tienes que tener en cuenta que el turismo no ha sido un efecto progresivo, sino más bien de golpe. No han tenido tiempo de digerirlo y les cuesta compartir su ciudad con el turista ilusionado.
CURIOSIDADES- El cementerio de Josefov no te dejará indiferente. Es pequeño y por este motivo los casi 500 años que permaneció abierto fue recopilando hasta más de 12 personas en una misma tumba. Las lápidas se amontonan y surgen del suelo sin orden ninguno.
INFORMACIÓN ADICIONAL- Turismo de Praga
